Tras seis años de ausencia, Noelia regresó a México para continuar con su labor humanitaria y actuar en la Arena Ciudad de México durante el 90’s Pop Tour. La cantante es una luchadora entregada a favor de los más necesitados.
El 5 de octubre, Jorge y Noelia Reynoso llegaron a la Ciudad de México al estadio de fútbol Deportivo Benito Juárez. A su llegada, los niños y jóvenes la esperaban para llevarles balones de fútbol y becas para ayudarles a mejorar su juego.
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Mantuvimos una conversación con el intérprete de T, que se mostró entusiasmado ante la perspectiva de ayudar a jóvenes prometedores de nuestra nación.
Resulta extraño imaginar a los niños llegando en helicóptero y estando tan cerca de él al mismo tiempo. Antes de la epidemia de COVID-19, era aficionado de más de cien equipos de fútbol mexicanos diferentes.
“Todos los ingresos de mi fábrica Protecom en México, todas las ganancias de esta empresa, prácticamente van a obras sociales como el patrocinio del fútbol infantil y juvenil”.
Ten en cuenta que la cantante firmó personalmente cada balón que regaló a los niños
“Deben venir a este país a contribuir, y no solo a interpretar música burda y lenguaje feo que degrada a las mujeres y a los jóvenes“. “Debéis venir a este país a contribuir”. Nuestros hijos tienen derecho a una educación, a la oportunidad de disfrutar, al impulso para tener éxito y a la protección frente a la actividad delictiva. No hay ningún beneficio en escuchar reggaeton y corridos; tenemos que salvar a la juventud.
En cuanto a la reacción del público, afirmé que “los chicos nos dieron las gracias, y yo les regalé dos equipos, pero otros chicos querían uniformes nuevos, así que repartiremos muchos más”.
Teníamos curiosidad por saber el nivel de altruismo de Noelia, dado que es cantante y también copropietaria de empresas tanto en Estados Unidos como en México con su marido.
Aunque no me gusta hablar de cifras, sé que podemos cambiar las cosas si hacemos un uso juicioso de nuestra reputación y nuestro poder. La frase “quien no nació para servir, no sirve para vivir” es una que utilizo con mucha frecuencia.
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